sábado, 12 de marzo de 2016

Empieza a controlar tus pensamientos con el poder de la mente

¿Algunas vez te has preguntado si algunos de los pensamientos que tienes son realmente tuyos?, ¿o si todo los pensamientos que viajan a tu mente son realmente tuyos o influenciados por una fuerza extraña y externa a tu mente?, ¿Dejas que tu cerebro y tus pensamientos te dominen?, o ¿usas el poder de la mente para dominarlos tu a ellos? 
Déjame aclararte una cosa. Ninguno de nuestros pensamientos son realmente nuestros, ni siquiera la mente es nuestra. Nosotros somos la mente, y nos vamos creando cada día de nuestras vidas. 
Podemos definir de una manera simplista que la vida se conforma con las experiencias transmitidas al cerebro a través de mensajes eléctricos que son enviados por nuestros sentidos y recibidos por nuestro cerebro, administrados y archivados en nuestro subconsciente. Eso es señores y señoras lo que crea la mente, nuestras propias experiencias.
Lo que vivimos, experimentamos, asumimos como verdades y aceptamos como creencias son lo que realmente nos forma. Todo eso es lo que realmente somos, y todo eso solo existe en la mente. Ese lugar que realmente no es lugar, pero que su poder puede archivar y materializar todo lo que pensamos. No dudes que dentro de los más profundo y recóndito de tu mente están todas tus experiencias vividas, todos los aromas que disfrutaste, todos los paisajes y gente que viste, toda la gente que tocaste y comunicaste, e incluso los que pasaron desapercibidos por la calle. Todo y absolutamente todo se encuentra ahí y tiene almacenamiento para mucho más de lo que te imaginas.
Los pensamientos son tan vivos, reales y tangibles como la realidad física que experimentas. ¿No me crees? – Haz la prueba. 
Ve a un lugar en tu casa donde te sientas cómodo(a). Trata de estar ligero(a) de vestimenta y relaja tus músculos y cierra los ojos. 
Concéntrate en tu respiración. No pienses en nada más que no sea tu respiración y concentrase en el aire que inhalas y exhalas. Haz esto por unos segundos. 
Ahora, piensa en un limón. Si, ¿lo ves? Mira su color amarillo y enfócate en su textura, su olor, su forma. ¿Te has percatado de toda la saliva que produjiste? Si aprendes y practicas esta técnica tan simple con pensamientos y visualizaciones que quieras manifestar y los llevas a un estado “real” al punto de ser tan agradable como si fuera la realidad física misma notarás inmensos cambios en tu ánimo y te aseguro que tu vida y tu mente comenzaran un proceso de renovación. Esta es un método de meditación que puedes emplear diariamente una o dos veces al día. Si lo haces más veces aún mejor, ya que acelerarás la práctica y la experiencia al meditar y te será mucho más fácil controlar tus pensamientos cada vez más rápido.
Considera los siguientes puntos para perfeccionar tu meditación, haciéndola más profunda y más real. 
Despeja tu mente – Cuenta tus respiraciones, concéntrate en los latidos de tu corazón. 
Contempla objetos – Esto lo puedes practicar durante tu día cotidiano, observa objetos, enfócate en ellos y neutraliza tu mente. No pienses, no juzgues, calla a tu mente. Si algún pensamiento aparece, vuelve a mirar otra cosa y repite el proceso hasta que domines esta práctica por más tiempo cada vez. 
Observa tu mente – Cuenta tus pensamientos. No pienses en ellos ni los analices, simplemente cuéntalos y veras como cada pensamiento conlleva a otro. Si no piensas en nada por un tiempo, disfruta el momento. No presiones nada, que todo fluya naturalmente.
 Domestica tu mente – Visualiza. Imagina lo que quieres en tu vida. Situaciones y experiencias que quieres que se manifiesten en tu vida. Vívelas ya!! en tu mente. 
Da gracias – Sin importar si crees en Budha, Jesús o Dalai Lamas. Da gracias a la divina infinidad del universo por cada vez que ves el amanecer.
                                           Practica estos ejercicios diariamente confiando y creyendo en lo que piensas. Ponle energía, concentración y entusiasmo y poco a poco veras los cambios que esperas.











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